miércoles, 6 de mayo de 2009

El esqueleto de Lucy viaja hasta EEUU donde estará expuesta al público por primera vez

El esqueleto de Lucy, el homínido clave para entender la evolución humana, ha llegado a EEUU en su primera gira abierta al público fuera de su Etiopía natal, viaje considerado por algunos un riesgo por su valor incalculable.
Los pequeños fósiles de 3,5 millones de años de antigüedad llegaron al Museo de Ciencias Naturales de Houston (Texas) el lunes en dos maletas acolchadas con espuma especial, según confirmó a EFE el comisario de la exposición, el belga Dirk Van Tuerenhout.
Lucy, que los propios etíopes han visto tan sólo en dos ocasiones, sólo había salido del país africano una vez desde su descubrimiento en el Valle del Rift en 1974.
Donald Johanson, que encontró a quien los etíopes llaman de "dinkenesh", que significa "tú eres bonita", la tuvo durante nueve años en un museo de Cleveland para su análisis.
Sin embargo, ésta será la primera gira abierta al público del esqueleto, que se guarda en una caja fuerte en el Museo Etíope de Historia Nacional, donde se exhibe una réplica.
Desde el 31 de agosto al 20 de abril de 2008 lo podrán ver los texanos, como parte de una exposición de unos 100 objetos y fósiles de Etiopía promovida por el Gobierno de ese país con la esperanza de fascinar a los estadounidenses y atraer más turistas.
Además, el Gobierno recibirá unos honorarios cuya cuantía Van Tuerenhout no quiso divulgar.
Lucy, que tan sólo medía un metro de alto y pesaba alrededor de 30 kilogramos, permanecerá los próximos seis años en Estados Unidos, con paradas en varios museos que el comisario tampoco quiso identificar, pues no han concluido las negociaciones con ellos.
Sin embargo, la visita está rodeada por la controversia y Van Tuerenhout está a la defensiva. "Comparado con 3,5 millones de años, seis años no son nada", justificó el comisario, quien hizo hincapié en que su museo sólo se decidió a traer los fósiles tras consultar con un equipo de expertos.
En cambio, la Institución Smithsonian, que agrupa al mayor complejo de museos del mundo, ha dicho que los restos de Lucy "son demasiados frágiles para viajar" y que no los exhibirá.
La cuestión es por qué mostrar los fósiles reales y no una copia, dado que los visitantes difícilmente se darían cuenta de la diferencia. Keith Hundley, profesor de antropología de la Universidad de Nuevo México, está de acuerdo con este argumento. "Si yo estuviera a cargo de Lucy, no lo dejaría. Yo haría una buena réplica", dijo.
Y es que este esqueleto es algo más que una pila de huesos. Su salida a la luz dio un vuelco a las teorías sobre la evolución del ser humano al constituir la prueba de que somos lo que somos, primeramente porque andamos erguidos.
Antes de Lucy, los antropólogos creían que la mutación clave que nos separó del resto de los animales fue el aumento del tamaño del cerebro de uno de nuestros antepasados primates. Posteriormente nuestros antecesores habrían desarrollado las otras características que el padre de la teoría de la evolución, Charles Darwin, había identificado como propias del ser humano: usar herramientas, tener caninos pequeños y andar con dos piernas.
Los fragmentos de la pelvis y de las extremidades de Lucy han demostrado que esta hembra adulta, que tenía el tamaño de uno de nuestros niños de cinco o seis años, caminaba de una forma muy parecida al Homo Sapiens Sapiens, nuestra especie. Lucy no sabía usar herramientas, sus caninos eran mayores que los nuestros y su cerebro era del tamaño de un chimpancé, según se comprobó con un cráneo de un macho de su especie, bautizada Australopitecus afarensis, encontrado posteriormente.
Con ello, Lucy nos enseñó que "el movimiento bípedo es lo más importante en el origen de nuestra especie", explicó Hundley. "El tamaño del cerebro no aumentó hasta mucho después", añadió.
Lucy no es el homínido más antiguo, pues en los 90 se encontraron también en Etiopía un diente de un individuo de hace 5,8 millones de años, y un diente y parte de un brazo de otro de 4,4 millones, y en Chad hay restos de entre 6 y 7 millones de años, aunque los antropólogos no se han puesto de acuerdo de si se trata de un homínido o un antepasado del chimpancé o el gorila, según van Tuerenhout. De Lucy, en cambio, se conserva un 40 por ciento del esqueleto y dada la simetría bilateral de nuestros cuerpos, los antropólogos pueden reproducir un porcentaje mucho mayor de su estructura ósea.
Desde el 31 de agosto exhibirá su belleza en Texas, un lugar en el que muchos dudan de la teoría de la evolución.
Información recopilada por: Laura.

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