domingo, 17 de mayo de 2009

La evolución del hombre detenida

El diario británico "The Times" fue el que llevó las ideas de Jones al ciudadano común y corriente, al publicar sus teorías. Y la cosa estalló. El investigador destaca, sobre todo, el daño que la falta de padres de edad avanzada está causando al ritmo de la evolución humana. Steve afirma que las mutaciones en las células contenidas en el esperma son más probables a medida que la edad del hombre aumenta, situación que se acentúa a partir de los 35 años. El hecho de que seamos padres cada vez a más temprana edad (una forma elegante de decir que los tíos viejos tienen cada vez menos hijos) hace que la frecuencia con la que aparecen mutaciones disminuya. A pesar de que el sentido común nos dice que la contaminación a la que estamos sometidos, que incluye desde las centrales nucleares hasta el humo de los motores de los coches, debería bastar (y sobrar) para convertirnos en unos absolutos mutantes en unas pocas generaciones, parece que en realidad no es tan así. "Cada vez que hay una división celular, hay una oportunidad para el error o la mutación", dice Jones. Pero si somos padres a los 20 años, nuestro esperma no ha tenido tantas oportunidades de ser modificado como si lo hacemos a los 50. "Mutación", de Gonzalo Abril BernalAl respecto, las estadísticas exhibidas por el científico demuestran que, al menos en Occidente, si bien los padres suelen empezar algo tarde a procrear, también dejan de hacerlo muy temprano. A los 29 o 30 años, las células de un padre típico han sufrido unas 300 divisiones, mientras que en el caso de un padre de 50 años, superan las mil. Entonces, el hecho de que los hombres sean padres a corta edad es la principal causa de que la evolución humana esté prácticamente detenida. Siempre que hablamos de “evolución” o “mutación” tenemos que recordar que nos estamos refiriendo a cambios de algún tipo, que no necesariamente tienen que ser (desde nuestra óptica) buenos. En cuanto a la edad de los progenitores, se sabe que en Camerún al menos la mitad de los hombres tienen hijos después de haber cumplido 50 años; que en Pakistán solo uno de cada cinco hombres de esa edad tiene hijos y que en Francia nada más que uno de cada veinte hombres es padre después de los 50. "De forma imprevista, hemos bajado (en Occidente) el ritmo de mutaciones por un cambio en los patrones reproductivos", explica Jones. Tu esperma puede volverse algo muy codiciado.Pero no sólo tememos que echar la culpa de nuestra falta de evolución a los pobres (y jóvenes) espermatozoides. También la disminución de las tasas de mortalidad, especialmente en los individuos jóvenes, tiene un impacto negativo en la evolución de la especie. Por ejemplo, en los países de occidente el 98% de las personas sobrevive a los 20 años, debilitando la selección natural. La falta de cambios aleatorios hace que los humanos seamos diez mil veces más parecidos entre nosotros de lo que deberíamos. Parte de la culpa es de la agricultura, que nos ha permitido crecer de forma exponencial (sin ella, solo seriamos medio millón de personas en todo el planeta), haciendo que todos los grupos humanos estén conectados entre sí. Mientras que el aislamiento hace que los cambios permanezcan a través de las generaciones, la mezcla constante favorece a la uniformidad. No sabemos que tan de acuerdo pueden estar los demás científicos respecto de estas afirmaciones, aunque sospechamos que (muy) pronto nos enteraremos. Tampoco es fácil “medir” el grado de mutación que, como raza, hemos tenido en unas pocas décadas, ya que cualquier proceso evolutivo, en una población tan grande como la humana, requiere de siglos para ser evidente. No obstante, el planteamiento de Jones es, como mínimo, inquietante. Por lo pronto, si eres un varón de más de cincuenta años aprovecha: tu esperma puede volverse algo muy codiciado.

Transhumanismo: 10 maneras de mejorar la raza humana

Ya no basta con ser el más lindo, el más rápido o el que caza las mejores presas para que las hembras quieran tener hijos con nosotros. Ahora hay que tener otros atributos que sólo la tecnología puede darnos. Es por eso que hemos escrito este artículo con 10 posibles maneras de mejorar a la raza humana, según los estudios del transhumanismo. Algunas están disponibles en este momento, y otras son solo proyectos o se encuentran en estado experimental
Biotecnología La biotecnología no es una ciencia nueva, pero en los últimos años ha alcanzado un grado de desarrollo tal que puede hacer mucho por el humano mejorado. De hecho, hay millones de diabéticos que han logrado dar el esquinazo a la selección Darwiniana gracias a la insulina que la biotecnología le proporciona a diario. Sin embargo, los beneficios más importantes que esta ciencia puede proporcionarnos todavía se encuentran es una etapa experimental. Las terapias genéticas, por ejemplo, prometen atacar los problemas que aquejan a nuestro organismo directamente desde el interior de las células. El humano mejorado no temerá a enfermedades como el cáncer o al deterioro debido a la vejez, ya que la biotecnología le permitirá combatir esos males con la misma facilidad que hoy tratamos un resfrío. Inteligencia Artificial Sin caer en lugares comunes de la ciencia ficción, donde un implante le proporciona al protagonista los conocimientos necesarios para pilotear un avión caza o aprender un idioma en segundos, la inteligencia artificial puede hacer mucho por nuestro futuro. Tecnologías como el reconocimiento de voz o el tratamiento de imágenes pueden ser mejoradas gracias a la IA, por lo que nuestras actuales PDAs serán verdaderos prodigios en cuanto a las tareas que podrán llevar a cabo, y prácticamente formaran parte de nuestro cuerpo, pudiendo incluso alimentarse eléctricamente de nuestro organismo. Cyberware Este es un campo de la ciencia que aun se encuentra en estado embrionario, pero que sin embargo puede ser nuestro próximo salto evolutivo. Se refiere a todo aquellos que sea “hardware” pero funcionando en nuestro cuerpo. El Cyberware tiene la posibilidad de establecer una conexión entre nuestro sistema nervioso y nuestros ordenadores, permitiéndonos aprovechar mejor que nunca la capacidad de proceso disponible. Aún en estado de investigación y desarrollo, ya ha logrado algunos éxitos como oídos y ojos biónicos. Cyborg El cyberware, junto con implantes protésicos en nuestros miembros y órganos dan como resultado un organismo que es en parte biológico y en parte cibernético, aprovechando lo mejor de ambos mundos. A estos organismos se los denomina “cyborg”, por “cybernetic organism” u “organismo cibernético”. Esta tecnología podría hacernos más fuertes, veloces y dotarnos de sentidos nuevos o mejorar los existentes. Es una de las mejores apuestas para la evolución artificial.
Bebes de diseño Esta es la forma obvia, aunque quizás no la más sencilla de llevar a cabo, de dar un salto evolutivo. En lugar de modificar a un humano adulto, es posible (al menos en teoría) cambiar genéticamente al embrión o incluso a las células germinales para producir un bebe “hecho a medida”. Seguramente habrá intensos debates éticos y religiosos al respecto, pero las posibilidades de esta alternativa son de lo más variadas: podremos eliminar varias enfermedades hereditarias, a la vez que dotamos a nuestros descendientes de mejoras en sus cuerpos que podrán transmitir a sus hijos. Clonación Cuando pensamos en la clonación generalmente vemos únicamente la posibilidad de crear un duplicado de una persona. Esto puede permitirte tener un duplicado exacto, pero más joven. Dejando de lado las posibilidades de utilizar al doble como un banco de órganos de repuesto, podemos imaginar a la clonación como una posibilidad de obtener una copia mejorada de nosotros mismos. En efecto, tal como ocurre con los bebes de diseño, el clon no tiene por qué ser obligatoriamente un duplicado exacto. Mediante técnicas de ingeniería genética, el clon podría ser mejor que el original, dando así un salto evolutivo. Transferencia de mentes La tecnología podría, y eventualmente lo hará, realizar un análisis lo suficientemente profundo de nuestra mente como para almacenar su contenido en un medio de respaldo. Sería una forma de hacer un backup de nuestra personalidad, nuestros recuerdos y, en definitiva, de nosotros mismos. Esta “copia de seguridad” podría ser descargada en el cuerpo de un clon mejorado o de un bebe de diseño. Esta mente seria idéntica a la que habitaba el cuerpo original, pero con todas las ventajas del nuevo cuerpo a su disposición. Por supuesto, para el viejo cuerpo esto serviría de poco, pero al menos tendría un duplicado mejorado y plenamente funcional que lo reemplazaría. Nanotecnología La nanotecnología promete brindarnos las herramientas más poderosas y pequeñas que puede concebir la mente humana. Hemos visto muchos ejemplos de lo que puede hacer esta ciencia, pero seguramente incorporaremos nanomáquinas en nuestro organismo que se ocupen de repararnos y mejorarnos continuamente. Muchas funciones que llevan a cabo células especializadas como los linfocitos o los hematocritos pueden ser efectuadas, de una manera mucho más eficiente, por nanomáquinas. Prótesis Sin llegar al extremo de los cyborgs, una “simple” prótesis puede hacer mucho por un humano convencional. Aunque hoy día suene como una locura, el día que una mano o pierna protésica sea más precisa o fuerte que su contraparte humana, seguramente habrá gente dispuesta a amputarse voluntariamente un miembro para reemplazarlo por uno que le proporcione alguna ventaja. Quizás este sea uno de los primeros cambios que sufrirá el humano mejorado. Autoayuda Todas las técnicas anteriores requieren de una manipulación externa de algún tipo, ya sea mediante ingeniería genética, nanotecnología o electrónica. La autoayuda se refiere a la posibilidad de lograr un cambio en la dirección evolutiva deseada empleando el poder de nuestra mente. Si bien no hay experimentos concluyentes, el estudio de enfermedades psicosomáticas demuestra que la voluntad puede realizar alteraciones en nuestro cuerpo. Los defensores de la autoayuda como mecanismo para evolución artificial se basan en estos ejemplos. Estas son solo una decena de las alternativas disponibles. Seguramente alguna no pasará de ser solo una especulación científica, pero lo más seguro es que varias de ellas, en un futuro cercano, se conviertan en realidad. El “homo sapiens sapiens” será el creador se su sucesor, construido a partir de sus propios restos.

El futuro ya esta aqui, El proyecto cyborg

A la hora de elegir una meta uno no puede autolimitarse. Eso debe ser lo que pensó Kevin Warwick cuando aseguró que, tarde o temprano, lograría construir un implante que nos convierta en telépatas. Este profesor de la Universidad de Reading (Reino Unido) tiene bastante experiencia en este tipo de cosas, ya que desde hace años viene realizándose diferentes tipos de implantes en su sistema nervioso, con el objetivo de mejorar sus capacidades. Todos sus experimentos se encuentran dentro de un marco que él denomina Project Cyborg. Warwick ha recibido el apodo de “Captain Cyborg” por los periódicos de su país. Comenzó a trabajar en el desarrollo de estos implantes hace más de diez años y, el 24 de Agosto de 1998 se “implantó” un transmisor RFID bajo la piel de un brazo. Este dispositivo, trabajando en conjunto con una interfaz externa capaz de detectar la presencia (o no) de Kevin, le permitía interactuar con puertas, luces, calefactores y otros accesorios, como si se tratase de un control remoto. Era una aplicación interesante, que podía hacer que las luces de la sala se apagasen al salir o que la puerta de su casa se abriese cuando se acercaba, pero realmente no se trataba de nada que no pudiese hacerse con un llavero sin necesidad de implantarse nada. Sin embargo, Warwick siguió avanzando en su proyecto.A la hora de elegir una meta uno no puede autolimitarse. Eso debe ser lo que pensó Kevin Warwick cuando aseguró que, tarde o temprano, lograría construir un implante que nos convierta en telépatas. Este profesor de la Universidad de Reading (Reino Unido) tiene bastante experiencia en este tipo de cosas, ya que desde hace años viene realizándose diferentes tipos de implantes en su sistema nervioso, con el objetivo de mejorar sus capacidades. Todos sus experimentos se encuentran dentro de un marco que él denomina Project Cyborg. Warwick ha recibido el apodo de “Captain Cyborg” por los periódicos de su país. Comenzó a trabajar en el desarrollo de estos implantes hace más de diez años y, el 24 de Agosto de 1998 se “implantó” un transmisor RFID bajo la piel de un brazo. Este dispositivo, trabajando en conjunto con una interfaz externa capaz de detectar la presencia (o no) de Kevin, le permitía interactuar con puertas, luces, calefactores y otros accesorios, como si se tratase de un control remoto. Era una aplicación interesante, que podía hacer que las luces de la sala se apagasen al salir o que la puerta de su casa se abriese cuando se acercaba, pero realmente no se trataba de nada que no pudiese hacerse con un llavero sin necesidad de implantarse nada. Sin embargo, Warwick siguió avanzando en su proyecto. La segunda etapa de su plan contó con el apoyo de Mark Gasson y su equipo, también de Reading, con quienes desarrolló una interfaz neuronal compuesta por más de 100 electrodos. El dispositivo fue implantado en el sistema nervioso de Warwick el 14 de marzo de 2002 y fue un éxito. Básicamente, el aparato podía detectar las señales del cerebro de su anfitrión y transmitirlas al exterior. Con su ayuda, Kevin fue capaz de mover a voluntad un brazo robótico utilizando solo su pensamiento. Obviamente, este avance demostró que el proyecto de Warwick era viable y que tenía el potencial de convertirse en una herramienta poderosísima para ayudar a los minusválidos o para mejorar las capacidades naturales de todo el mundo. Solo habría que dejarse clavar 100 agujas en el cerebro para ser un Cyborg 1.0. Por supuesto, luego de semejante éxito el científico no se detuvo allí. Utilizando su implante y una conexión a Internet, fue capaz de controlar los movimientos del brazo robótico a distancia, que previamente había sido trasladado a la Universidad de Columbia, en Nueva York. En esta fase también se modifico el hardware y software para que Kevin pudiese recibir un “feedback” de los sensores colocados en los dedos del robot. Sentado en la Universidad de Reading podía “sentir” directamente con su cerebro qué era lo que estaba tocando el brazo robot en el otro lado del planeta. Meses más tarde, Kevin implantó una serie de electrodos en al brazo de su esposa. El dispositivo instalado en la mujer emitía una serie de señales cuando ella movía la mano, y esas señales eran recogidas por el implante de Kevin y enviadas directamente a su cerebro. Mediante una serie de impulsos simples podía comunicarse con ella utilizando una especie de lenguaje telegráfico simplificado. A pesar de lo rudimentario del sistema, fue la primera vez que fue posible interconectar dos sistemas nerviosos humanos. Al fin y al cabo, quizás mejorando las interfaces la telepatía “mecánica” fuese posible. Warwick continúa con sus experimentos. Además de la telepatía, busca la forma en que sus implantes permitan a las personas expandir sus sentidos para que sean capaces de percibir, por ejemplo, ultrasonidos o acceder a bases de conocimientos simplemente descargando datos desde las bibliotecas. Un sistema de este tipo convertiría en obsoletas muchas de las formas de enseñanza que utilizamos en la actualidad, y haría posible que las personas aprendan idiomas nuevos o expandan su capacidad de memoria hasta prácticamente el infinito, mediante sistemas de almacenamiento externos conectados a sus cerebros.

Astran: una raza humano alienígena

La teoría del viaje hiper espacial ya está siendo estudiada, y hay indicios de que podría ser posible. Si no lo fuera, y gracias a las mejoras genéticas, podríamos lograr humanos que puedan hibernar por siglos, capaces de soportar un prologando viaje en naves robóticas con “piloto automático”. ¿Imposible? No, no lo es. Existe un tipo de invertebrados (los Tardigrada u osos de agua) capaces de soportar (sin ningún tipo de protección) un viaje por el espacio, manteniéndose inactivos en estado de hibernación. ¡Incluso pueden soportar la entrada a la atmósfera arriba de un meteorito! ¡Ha sido probado! Si hay un organismo vivo que lo pueda hacer, nosotros podríamos lograrlo (hablamos de millones de años). Incluso Peter Ward, el que no creía en la especiación, está de acuerdo en que, de ser posible la conquista de otros planetas, sí se daría. Shostak también lo ve posible, y dice que se necesitarían tres cosas: un arca intergaláctica capaz de transportar una civilización entera, alcanzar velocidad hiper espacial y humanos mejorados: O sea, los astran. Otra manera muy muy inteligente de poner humanos en otros planetas, sin movernos de la tierra, es enviando un mensaje a las estrellas, con el paso a paso de “cómo crear un humano”, una especie de guía con nuestro código genético completo y un manual de construcción. Pero para eso debería haber alguien del otro lado que no solo lo escuche, sino que le interese crear un humano. ¿Y quién querría un humano como mascota?

Survivalistian: Los sobrevivientes

Es inevitable que, en el plazo de un par de millones de años en el futuro, nos suceda algún evento apocalíptico que diezme la raza humana casi por completo. Sea un meteoro, la naturaleza, una epidémica, lo que sea que fuese, sucederá. Y aquí entran en escena los supervivientes, los Survivalistian. Como la palabra lo dice, los survivalistian serán los sobrevivientes de esas catástrofes. Pero la teoría propone mucho más que una raza de humanos endurecida por la supervivencia en un mundo post-apocalíptico. También dice que, si alguna vez ha de suceder, este será el momento para que la raza diverja en dos especies diferentes. Es que en las sociedades modernas, las fuerzas que podrían llevar a una separación de la raza están contenidas en suspensión. Como dijimos anteriormente, los humanos estamos en contacto unos con otros, y la mezcla de genes y culturas nos está llevando hacia los unihumans. Además, como humanos ya no tenemos competencia de otras especies, y las medicinas cancelan cualquier enfermedad heredada. “Estamos ayudando genes que se deberían haber caído de la pileta genética”, dice Peter Ward. Pero, en el caso que haya una catástrofe apocalíptica que obligue a los humanos a aislarse unos de otros, a volver a la edad de piedra, que además cancele toda nuestra tecnología, la divergencia de especies puede ser posible. ¿En qué divergiríamos? Bueno, eso ya es suponer demasiado. H.G. Wells, en su novela “La máquina del Tiempo”, trató este tema y se animó a decir que una de las razas sería subterránea (los despiadados Morlock) y otra habitaría sobre la superficie de la Tierra (los débiles Eloi). Las diferencias pueden no ser tantas. Puede suceder que una de las especies desarrolle una piel más dura que combata la radiación (si es que ha habitado en una zona radioactiva) y sea también resistente a los virus de su ambiente. Podría tener los sentidos optimizados para la zona que le tocó habitar, etc. La otra podría haber ido a habitar a una zona igual de inclemente, pero con peligros diferentes o bien podría haber encontrado un lugar donde seguir siendo humanos, cosa que los “estancaría” evolutivamente. En cualquiera de los dos casos, con el paso del tiempo (hablamos de cientos de miles de años), habría divergencia de especies. Esta divergencia es conocida como especiación. Según Stuart Pimm esto es muy posible. El biologista se animó a decir que si “hay gente que hoy en día es resistente al SIDA, incluso cuando han tenido mucho contacto con el virus, esto podría ser porque sus ancestros sobrevivieron a la plaga hace 500 años atrás.” Y, de la misma manera, eso podría suceder en el futuro, creando diferencias mucho más grandes. Y aquí llegamos al quid de la cuestión… la teoría evolutiva dicta que una de las especias eventualmente va a subyugar a la otra. Y, de la misma manera que el humano moderno le pateo el trasero a esos peludos neardentales, la raza más fuerte tratará de asimilar o eliminar a la competencia. ”Si tienes dos especies que compiten por el mismo nicho ecológico, eso termina mal para una de las dos.”, asegura Joel Garreu. “La única razón por la que los chimpancés existen es porque fueron lo suficientemente inteligentes como para quedarse en los árboles.” Para Peter Ward todo esto es ciencia ficción y afirma que “salvo que los humanos se olviden por completo de cómo construir un bote, podremos encontrar rápidamente el camino de vuelta.”

Unihuman: Asimilación de razas

Para que diferentes poblaciones de una especie puedan divergir en otras especies separadas, necesitan estar aisladas unas de otras. Así es como hoy en día tenemos humanos de todas las razas, cada una con sus particularidades. Esas diferencias solo pudieron ser posibles porque cada raza evolucionó aislada de la otra. Los chinos en China, los africanos en África y los inuit (esquimales) en Canadá, por citar algunos ejemplos. Cada raza se pudo definir a sí misma, porque evolucionó separada, aislada de las otras, por lo que no había cruza entre razas, lo que hizo que los rasgos se intensificarán de generación en generación. En la prehistoria, y más acá también, el contacto entre humanos de diferentes razas era escaso, sino inexistente. Tuvimos miles de miles de años para definir esos rasgos que hoy nos identifican de una raza u otra. No los suficientes, para divergir en una especie separada, pero sí para desarrollar rasgos distintivos. Todavía tenemos limitaciones para la cruza entre razas. Si bien es muy común que humanos de diferente raza tengan hijos, existen factores sociales, económicos, de distancia y soberanía que nos mantiene a la mayoría procreando con personas de nuestra misma etnia. Pero en el futuro las cosas van a cambiar. Los humanos estaremos tan extendidos por la Tierra que todas las razas se convertirán en una: el Unihuman. ”La gran cosa que la gente suele obviar cuando especula sobre evolución humana es que la materia cruda para la evolución es la variedad.”, dijo Stuart Pimm, experto en Biodiversidad de la Universidad Duke. “Y los humanos vamos a perder esa variedad bastante rápido, y la razón no es tanto genética. Al momento los humanos tenemos 6.500 lenguajes sobre la Tierra. Si miramos al número de lenguajes que le dejaremos a nuestros hijos, ese número es 600.”, concluyó. La lógica de Pimm se sostiene. Hoy la asimilación no se da tanto por cruza, sino que es cultural. Internet, por ejemplo, nos ha puesto en contacto con personas de todos lados del mundo, absorbiendo lo que nos gusta de su cultura, aprendiendo palabras en su idioma, etc. Lo que es más, con Internet hemos inventado un nuevo idioma. ¿O te crees que el LOL es algo que solo los norteamericanos usan? ¿WTF? ¿IMO? Asimismo, mientras las nuevas generaciones aprenden nuevos idiomas, generalmente los más hablados, e inventan nuevos, los lenguajes más antiguos, de pueblos agonizantes o ya asimilados, va muriendo. Decir que pasaremos de 6.500 a 600 es, tal vez, un poco exagerado. Pero eso no le hace ni mella a la lógica de Pimm. La asimilación cultural en los pocos años que lleva existiendo Internet es descomunal. ¿Te imaginas eso potenciado por 1.000.000 y a nivel genético? Ok, eso es lo que va a dar lugar al Unihuman. Mientras algunos puedan ver este nuevo mundo como un paraíso sin problemas raciales, donde todos seremos iguales, los científicos ven otros problemas. La variedad genética es la que evita que las enfermedades virales se extiendan por todo el mundo. Si somos todos iguales genéticamente, lo que mata a uno nos puede matar a todos. O sea, que si uno estornuda algo feo, puede condenar al resto de los unihumans. Para colmo, y si bien las divisiones raciales ya no serán un problema, en un mundo tan extendido, con unihumans por todos lados y sin fronteras, lograr una estabilidad económica y política a nivel global puede ser un sumidero de cabeza. Y se especula que, para ser exitosa, esta nueva raza deberá ser sumamente mansa y domesticable.

Cyborgs: Somos uno con las máquinas

Asimilar la tecnología que tenemos en la actualidad no es problema. Un brazo robótico difícilmente pueda hacernos menos humanos. Pero cuando lleguen las verdaderas innovaciones en el campo, como ponernos un chip en el cerebro a la Matrix, las cosas pueden ponerse difíciles. ¿Un chip en el cerebro?Esto traerá importantes, importantísimas, preguntas filosóficas, que ya se han hecho hasta el hartazgo en la ciencia ficción. ¿Dónde terminará la máquina y comenzará el hombre? ¿Cómo podremos combatir a nuestro cuerpo si alguna vez decide tomar el control? En definitiva, ¿seremos asimilados y nos convertiremos en meras marionetas de robots desalmados? ¿Esa será la nueva fase de la evolución humana?
Por otro lado, Seth Shostak, astrónomo en jefe del proyecto SETI, escribe una muy interesante teoría al respecto en su libro Sharing the Universe: “Las sugerencias más usuales son que diseñaremos mejoras para nosotros mismos. Que pondremos chips adicionales en nuestra cabeza, y que podremos solucionar problemas matemáticos que antes nos solían confundir. Mi respuesta a esto es, bueno, tú puedes mejorar un caballo metiéndole un motor de cuatro cilindros. Pero eventualmente puedes pasar del caballo. Estos híbridos no me parecen algo que tengan una ventaja tremenda. Solo significan que son máquinas no tan buenas.” Sin embargo, Shostak debe reconocerlo: cualquier mejora será adoptada en el futuro, sea o no mejor que la mejora misma, separada. Lo que sí queda en claro es que las máquinas, hagamos lo que hagamos, serán mejores y más inteligentes que nosotros. ¿Debemos temer a una rebelión de robots? Los campos están divididos, mientras algunos aseguran que es posible, otros afirman que es muy improbable. Shostack es uno de ellos. “Yo tengo un par de peces dorados”, dice. “Y no me levanto todas las mañanas y digo ‘Los voy a matar’, simplemente los dejo solos. Sospecho que las máquinas llegarán muy pronto a un nivel en el que les seremos irrelevantes, así que no les temo. Pero sí significará que ya no seremos los N°1 en el planeta, y eso es algo que nunca pasó antes.”

Numan: Los súper humanos

En los pocos años que la humanidad es humanidad, hemos sido capaces de erradicar enfermedades modificando nuestra genética, hemos descubiertos drogas que potencian nuestras habilidades, hemos logrado vivir más años que nuestros antepasados (la edad promedio sigue subiendo), y la lista sigue. Si hemos logrado tanto, en tan poco, ¿qué puede suceder en el futuro? El ser humano seguirá conquistando fronteras, nos haremos inmunes a más enfermedades, viviremos más y seremos más inteligentes y fuertes. En la actualidad se están experimentando con medicamentos que nos permitirán mantenernos despiertos y sin comida por días, hemos logrado sacar de la ecuación la menstruación en las mujeres, hay drogas que mejoran nuestro rendimiento físico y académico, etc. ¿Estamos superando a la evolución natural? Y si ese fuese el caso, ¿podría la evolución artificial reemplazar la evolución natural? Muchos opinan que sí, que un nuevo humano saldrá a la luz, pero que la evolución natural no tendrá nada que ver. “Si miras a los superhéroes de los años 30 y 40, te darás cuenta que todas las tecnologías que allí se veían hoy existen.”, dice Joel Garreu, autor del libro Radical Evolution, para poner las cosas en perspectiva. Los esteroides, por ejemplo, hoy no son aceptados porque afectan la salud y tienen serias contraindicaciones. Pero, cuándo lleguen a ser perfectamente saludables, ¿qué autoridad tendremos para prohibirlos o rechazarlos? ¿Por qué no permitirnos ese atajo que nos ahorraría milenios de evolución? Cuando entendamos perfectamente el código genético y cómo modificarlo… ¿Por qué no hacer bebes perfectos? ¿Por qué no modificarnos a nosotros mismos? Según Garreu, los súper humanos aparecerán primero en el atletismo y en el campo de batalla. Pero eventualmente llegarán a la escena intelectual, para luego expandirse a todas las áreas de nuestra vida. ¿O acaso el viagra no nos transforma por horas en super amantes? ¿Es tan difícil imaginar una droga, una mejora, para cada una de las situaciones de la vida? Lógicamente, esto traerá problemas sociales y, según Joel Garreu, existirán tres tipos de humanos: los mejorados, los naturales y el resto. “Los mejorados serán aquellos que tienen el dinero y el entusiasmo de lograr, por medio de la ciencia, vivir más, ser más fuertes, más seductores. Los naturales serían aquellos que, por razones superiores, se nieguen a mejorarse artificialmente, de la misma manera que los vegetarianos no comen comida o los curas no tienen sexo. El resto serán aquellos que no puedan mejorarse, por no tener los medios, y odiarán a los que sí, de pura envidia.”