lunes, 11 de mayo de 2009

alternativas terrestres a la evolucion humana 2

También se puede especular con posibilidades más optimistas: La especie humana logra superar los impactos ambientales negativos sobre el medio ambiente, a base de utilizar inventos científicos y tecnológicos. Puede llegar a controlar el clima, reducir la contaminación, replantar bosques, frenar la desertización, controlar la superpoblación, utilizar fuentes de energía limpia (en especial la energía de fusión a partir del hidrógeno, es decir la “energía de las estrellas”), etc, aunque obtener resultados positivos, globales, a corto plazo, es bastante complicado. La evolución del hombre, como la de cualquier otro ser vivo, va a estar condicionada por la evolución ambiental, es decir por los cambios ambientales. Estos van a determinar una mayor o menor presión de selección y por lo tanto la velocidad y el modo en que la especie humana va a evolucionar. Como el hombre es uno de los seres vivos sobre la Tierra que más modifica el medio ambiente, está condicionando su propia evolución, aunque, por desgracia no siempre lo hace conscientemente y de forma positiva; los impactos ambientales provocados por él suelen ser negativos y destructores del medio ambiente, lo cual repercute en la propia salud de la especie humana. Solamente su capacidad científica y tecnológica puede frenar el deterioro ambiental y esa es la gran esperanza humana. El progresivo desarrollo de la capacidad craneana favorece una inteligencia cada vez mayor; ambos procesos, parece ser, aumentan de forma paralela, tal y como sugieren los restos fósiles. ¿Seguirá esta tendencia en el futuro? Es probable que si, con lo cual el hombre tendrá una cabeza cada vez más voluminosa y tendrá cada vez mayor capacidad mental. (”Homo macrocephalus”). De todas formas, se ha comprobado que el hombre actual solamente utiliza de un 10 a un 20% de su potencial cerebral, lo cual puede significar dos posibilidades: ¿es necesario que esto sea así para el buen funcionamiento del cerebro? o bien éste está infrautilizado por el hombre y mediante técnicas de aprendizaje, quizá se le puede dar un mejor rendimiento. Hay determinadas personas, que por naturaleza, quizá genética, usan su cerebro de forma más completa; son las personas con poderes paranormales. ¿Por qué ocurre esto con el cerebro humano?¿Por qué se desperdicia tal capacidad? La naturaleza suele tener una economía y no suele malgastar energías, es decir no suele conservar materiales inútiles; estos, a la larga, acaban por desaparecer. ¿De donde proviene tal derroche cerebral? Dejemos, por ahora, este dilema. ¿Qué ocurrirá con el resto del cuerpo? No es fácil contestar. La alimentación es un factor importante. El aumento de población de la humanidad es un problema decisivo. Si no se controla, provocará guerras y hambrunas y en definitiva muertes. Para impedir esto, se intentará que los recursos alimenticios aumenten al ritmo del crecimiento de la población. Una alimentación sana y equilibrada mejora la constitución y salud física de las personas; una adecuada nutrición con una dieta variada y con el suficiente aporte vitamínico, unida a una justa práctica de ejercicio físico, es decir práctica de algún deporte con moderación, produce un físico proporcionado y, a la larga un aumento de talla de la población. Si esto se consigue, la raza humana mejorará en su aspecto físico, acercándose al modelo idealizado por los griegos, por ejemplo. (”Homo helenicus”). Pero esta vida saludable, es probable que no la pueda llevar a cabo toda la humanidad. Solamente las clases más o menos adineradas y con cierto nivel cultural, en decir gente de los países ricos. Quizá la utilización de alimentos transgénicos potencie una mayor cantidad de estos y la despensa de la humanidad aumente, con lo cual se pueda aminorar el hambre que actualmente pasan muchas poblaciones subdesarrolladas. Además, hay que tener en cuenta los malos hábitos y costumbres que parece están ligados a la humanidad, como drogas, alcoholismo, gula, lascivia, etc. y que merman y perjudican una evolución sana de la especie. Por lo tanto, no toda la población humana podría evolucionar de forma satisfactoria, sino solamente grupos más o menos aleatorios; y como se produce la natural hibridación y mestizaje, las taras genéticas que a la larga aparecen, de forma todavía no determinada, como consecuencia de unos hábitos de vida insanos, se transmiten de forma azarosa a la población. Si se acentúa la vida sedentaria, trabajando delante del ordenador, por ejemplo, los músculos del cuerpo, a la larga se pueden ir atrofiando, adquiriendo, entonces los hombres, formas con grandes cabezas y cuerpos más enclenques, ¿delgados o gruesos? y con las extremidades más pequeñas y atrofiadas. Estas figuras recordarían a las de muchos modelos de alienígenas: los verdes y los grises, aunque quizá más altos. Sería el “Homo alienigenus”. Otra posibilidad puede ser la evolución de los hombres hacia androides; es decir la fusión del hombre y la máquina. (”Homo roboticus”). Sería un hombre ideal para colonizar el espacio. Esta imagen futurista es familiar en ciertas películas de ciencia ficción y actualmente se están realizando avances que pueden apuntar hacia ese camino. Por ejemplo ya se están fabricando los primeros neurochips y se construyen microchips cada vez más diminutos; la implantación de éstos en el cerebro no parece un hecho muy lejano… Un primer paso pudiera ser el hombre informático, (”Homo informaticus”) con su traje inteligente y lleno de sensores, plagado de miniordenadores portátiles que pueden estar conectados sin cable con ordenadores madre centrales. Un peligro de este camino es que en la fusión del hombre con la máquina, venza esta última y prevalezcan en los androides los potentes poderes del ordenador, esclavizando así a las esencias biológicas de tipo humano, tal y como se muestra en algunas películas futuristas como “Matrix”; el hombre es vencido por sus criaturas metálicas, los robots androides, que se apoderan de los genes humanos (biochips) y se rebelan y autonomizan. En este sentido, son inquietantes las declaraciones del físico Stephen Hawking según las cuales es conveniente mejorar la raza humana mediante ingeniería genética, sobre todo en cuanto a la inteligencia se refiere, pues si no en un futuro los ordenadores podrían llegar a superarnos y a controlarnos, dados los avances que se están haciendo en inteligencia artifical. Otra variante es que el hombre llegue a crear robots semejantes a él mismo, con sentimientos y emociones, y que estos, suplanten a la especie humana cuando desaparezca. (Este tema se trata en la película “Inteligencia Artificial”). Otro aspecto de este mundo informático es la construcción de la realidad virtual que puede dar lugar a una doble vida en el hombre: la real y la virtual. Los hombres enganchados a la realidad virtual podrían adquirir también el tipo de personas cabezonas con cuerpos más atrofiados, al no usar su musculatura. (”Homo virtualis”) También son importantes los logros en medicina y en ingeniería genética. Cada vez tienen más éxito los transplantes de órganos y los implantes de órganos artificiales. Las operaciones se realizan con tecnología cada vez más sofisticada; el bisturí va siendo sustituido por otras herramientas más eficaces como el láser, los ultrasonidos, las microcámaras, tejidos artificiales, etc. Las enfermedades genéticas serán cada vez mejor superadas, gracias a la sustitución de genes defectuosos por genes sanos. Incluso se habla de la mejora de la especie, en este sentido. También, si los métodos de clonación se perfeccionan, se podrían obtener superhombres clónicos, aunque con fines diversos, no siempre positivos. Todos estos avances nos conducirían a la superación de enfermedades y de muchos inconvenientes de la vejez, con lo que la población cada vez tendría una mejor calidad de vida y una edad media más elevada. (”Homo supersanus”) Estos avances, positivos, favorecerían un aumento de la población humana, ya de por sí cada vez más elevada, lo cual daría lugar a una competencia cada vez mayor, y a un recrudecimiento de guerras y matanzas. Al final, se podría lograr una población mundial con una alta tecnología, y con una regulación estricta de la natalidad, siempre y cuando el potencial reproductor de la especie humana no se viera mermado por este desarrollo tecnológico, los nuevos hábitos de vida y la contaminación ambiental, tal y como está sucediendo actualmente en muchos países desarrollados. Hay otros retos todavía más fantásticos. Recordemos la infrautilización del cerebro humano. Se podrían desarrollar los poderes paranormales que actualmente solo unos pocos privilegiados poseen, mediante técnicas adecuadas. (”Superhomo paranormalis”) ¿Cuáles son estos poderes paranormales? Son de variado tipo: La telequinesia, es decir mover objetos con la mente; la telepatía, es decir la adivinación del pensamiento; la adivinación de hechos futuros y pasados; la curación de enfermedades por medio de la mente y de las manos; la hipnosis de personas para controlarlas o descubrir hechos que les han sucedido y que no recuerdan; el desdoblamiento de la persona espiritual del cuerpo y viaje más o menos distante respecto al cuerpo de ésta, con regreso al mismo (viaje astral); la visión de fenómenos invisibles para las personas normales, como auras de personas, apariciones, etc.; la capacidad de comunicarse con los espíritus y fantasmas (mediums). Estos poderes, parece ser que los presentan determinadas personas “”especiales”", aunque normalmente cada una de estas personas especiales es poderosa en uno determinado, no en todos. El ejercicio de estas capacidades tiene el peligro de que se realice con fines negativos, es decir para dañar a otras personas, en lugar de ayudarlas, ya que hay poderes como la hipnosis que pueden tener un doble uso; en cambio otros, como la curación, son beneficiosos y otros son indiferentes. Este es el gran reto en el desarrollo de técnicas para favorecer algunos de estos poderes

No hay comentarios:

Publicar un comentario